Acá desde mi ventana, veo caer la luvia y escucho su sonido, que acuna como siempre, desde los tiempos más remotos.
En mi estancia dejó de flamear la chimenea y solo queda el rescoldo humeante de brazas apagándose. Mis manos trémulas encienden un cigarro.
A lo lejos una figura ánglica se acerca bajo la lluvia, mis ojos fijos se preguntan... será ella?
Hola, Gerardo hoy me siento muy triste, he perdido a Nina que llevaba conmigo 14 años, ya sé que no es comparable a otras pérdidas, pero también sé que entenderás muy bien mi tristeza de hoy, y que necesite de tus versos.
ResponderEliminarTambién me parece verla en cada rincón de la casa, en cada sombra... y hasta tengo la ilusión de que en cualquier momento se suba a mi regazo y ronronee mimosa.
Mi gatita Nina ya no está a mi lado, pero siempre estará en mi corazón.
Eres un poeta maravilloso.
Gracias por dejarme este rincón donde hacer mi duelo entre melodías y versos.
Un abrazo, Gerardo
Hermoso y melancólico poema.
ResponderEliminarUn placer pasar por tu bella casa a leer tus obras.
Un abrazo de MA para ti.